"HECHOS AISLADOS"
Por Juan Osorio Flores
La lucha, que primero fue declarada "guerra antinarco" por el propio presidente Felipe Calderón, y luego se corrigió el término, pero que en suma, es la misma, ha cobrado más de 23 mil muertes en 3 años y medio.
Las excusas que da el Gobierno Federal, casi siempre en voz del secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, en donde se advierte que en Colombia, en Estados Unidos, en Afganistan y en la India, por mencionar algunos casos, el número de muertos es mayor, no nos consuela ni nos dice nada: nosotros no vivimos allá.
De hecho, hay gente en nuestro país, que ni siquiera se imagina que esos países existan.
De ahí que nos vale un soberano comino si en Afganistan hay muchos muertos o si los índices delictivos en Inglaterra han sufrido incrementos graves.
Nosotros tenemos un interés vital en el entorno en el que nos movemos cada mañana al salir de casa.
Nuestro interés va en el sentido de que nuestro coche no vaya a ser robado; que nuestra casa vaya a ser saqueada, o que aún peor: en determinado momento, al realizar un simple movimiento bancario, de pronto vayamos a estar en medio de un secuestro express.
Claro que nos preocupa, y mucho, cuando vemos a través de los medios de comunicación que el número de ejecutados aumenta como la espuma.
Desde luego que nos pone los pelos de punta el pensar que en Xalapa los sucesos sangrientos de primer nivel, ya comienzan a registrarse.
Y nos molesta y enoja, que la autoridad nos diga que cada caso, "es un hecho aislado".
Nos molesta que nos quieran ver la cara de estúpidos, porque no lo somos.
Nos molesta que nos digan que "juntos saldremos adelante". Qué acaso, - pregunto - nos consultó Calderón a través de un plebiscito si estábamos de acuerdo en el inicio de esta guerra?.
Porqué primero se colgaron todo el crédito de iniciar esta guerra, y ahora, cuando la sangre llegó al río, entonces si, "esta lucha la ganaremos todos juntos".
Ahora peor: los procesos electorales se manchan de sangre, demasiada diría yo.
Este proceso que culminará el próximo domingo 4 de Julio, se ha manifestado como uno de los más violentos de la historia del país.
Cierto: en 1994 fue asesinado Luis Donaldo Colosio, pero en este año han caído: padres de alcaldes, familiares cercanos de candidatos, han desaparecido precandidatos, fue encarcelado un candidato a Gobernador, y otro más, el priísta que prometía ganar la elección del domingo próximo en Tamaulipas, fue artera y ventajosamente asesinado.
México no puede seguir así. Calderón y sus huestes han sido derrotadas, primero por los enemigos que simplemente han estado más fuertes, más preparados y mejor capacitados.
Y luego por los vicios de antaño que salieron impunes a la calle.
Los ciudadanos ya no sabemos a quién tenerle más miedo: si a los grupos del crimen organizado que a diario ejecutan, cortan cabezas y secuestran a sus víctimas, o a los elementos de las Fuerzas Armadas, que sin mayor preocupación han baleado a víctimas inocentes, a las que dicen que cuidan, incluyendo a niños que hoy se retuercen de dolor en alguna cama, con sendos disparos de arma de fuego en sus cuerpos.
Estamos en la peor crisis de seguridad nacional que se tenga memoria.
Las autoridades no han podido o no han querido, cumplir su compromiso constitucional de otorgar seguridad e integridad a los mexicanos.
Si pudiéramos gritarlo, reclamaríamos: Calderón es un fraude.
Pero es tal por una parte el grado de dolor que vivimos los mexicanos, que ya no tenemos fuerzas de seguir gritando voces al viento, que por ello preferimos callar.
Y por la otra: sabemos que hemos caído en manos de un Gobierno mentiroso que jamás nos dirá las cosas como son.
Hoy México está de rodillas: hemos sido humillados por la delincuencia organizada, gracias a los Gobiernos Neoliberales que iniciaron nuestra debacle el año 2000.
Y luego se piensa que el voto no influye....
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Las excusas que da el Gobierno Federal, casi siempre en voz del secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, en donde se advierte que en Colombia, en Estados Unidos, en Afganistan y en la India, por mencionar algunos casos, el número de muertos es mayor, no nos consuela ni nos dice nada: nosotros no vivimos allá.
De hecho, hay gente en nuestro país, que ni siquiera se imagina que esos países existan.
De ahí que nos vale un soberano comino si en Afganistan hay muchos muertos o si los índices delictivos en Inglaterra han sufrido incrementos graves.
Nosotros tenemos un interés vital en el entorno en el que nos movemos cada mañana al salir de casa.
Nuestro interés va en el sentido de que nuestro coche no vaya a ser robado; que nuestra casa vaya a ser saqueada, o que aún peor: en determinado momento, al realizar un simple movimiento bancario, de pronto vayamos a estar en medio de un secuestro express.
Claro que nos preocupa, y mucho, cuando vemos a través de los medios de comunicación que el número de ejecutados aumenta como la espuma.
Desde luego que nos pone los pelos de punta el pensar que en Xalapa los sucesos sangrientos de primer nivel, ya comienzan a registrarse.
Y nos molesta y enoja, que la autoridad nos diga que cada caso, "es un hecho aislado".
Nos molesta que nos quieran ver la cara de estúpidos, porque no lo somos.
Nos molesta que nos digan que "juntos saldremos adelante". Qué acaso, - pregunto - nos consultó Calderón a través de un plebiscito si estábamos de acuerdo en el inicio de esta guerra?.
Porqué primero se colgaron todo el crédito de iniciar esta guerra, y ahora, cuando la sangre llegó al río, entonces si, "esta lucha la ganaremos todos juntos".
Ahora peor: los procesos electorales se manchan de sangre, demasiada diría yo.
Este proceso que culminará el próximo domingo 4 de Julio, se ha manifestado como uno de los más violentos de la historia del país.
Cierto: en 1994 fue asesinado Luis Donaldo Colosio, pero en este año han caído: padres de alcaldes, familiares cercanos de candidatos, han desaparecido precandidatos, fue encarcelado un candidato a Gobernador, y otro más, el priísta que prometía ganar la elección del domingo próximo en Tamaulipas, fue artera y ventajosamente asesinado.
México no puede seguir así. Calderón y sus huestes han sido derrotadas, primero por los enemigos que simplemente han estado más fuertes, más preparados y mejor capacitados.
Y luego por los vicios de antaño que salieron impunes a la calle.
Los ciudadanos ya no sabemos a quién tenerle más miedo: si a los grupos del crimen organizado que a diario ejecutan, cortan cabezas y secuestran a sus víctimas, o a los elementos de las Fuerzas Armadas, que sin mayor preocupación han baleado a víctimas inocentes, a las que dicen que cuidan, incluyendo a niños que hoy se retuercen de dolor en alguna cama, con sendos disparos de arma de fuego en sus cuerpos.
Estamos en la peor crisis de seguridad nacional que se tenga memoria.
Las autoridades no han podido o no han querido, cumplir su compromiso constitucional de otorgar seguridad e integridad a los mexicanos.
Si pudiéramos gritarlo, reclamaríamos: Calderón es un fraude.
Pero es tal por una parte el grado de dolor que vivimos los mexicanos, que ya no tenemos fuerzas de seguir gritando voces al viento, que por ello preferimos callar.
Y por la otra: sabemos que hemos caído en manos de un Gobierno mentiroso que jamás nos dirá las cosas como son.
Hoy México está de rodillas: hemos sido humillados por la delincuencia organizada, gracias a los Gobiernos Neoliberales que iniciaron nuestra debacle el año 2000.
Y luego se piensa que el voto no influye....
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