Columna: Desde Xalapa.... Pambazos


 Por Juan Osorio Flores

Agosto 24 / 023


UN CAFÉ POR FAVOR... 

Cuando un Presidente Municipal tiene la necesidad de salir a justificar un atentado a los Derechos Humanos por parte de alguno de sus funcionarios, eso quiere decir que a ese Presidente ya se le salieron las cosas de las manos. 

Ricardo Ahued Bardahuil lo tuvo que hacer este miércoles, con inspectores de Comercio, área que apenas fue exhibida por la columnista Claudia Guerrero la semana pasada como un cochinero. 



La historia comenzó el miércoles de esta semana cuando una joven madre de familia residente en una de las colonias de la capital del Estado, se levantó temprano a preparar pambazos para vender.

Ya entrada la jornada sus pasos la llevaron a la calle Enriquez en donde con su caja térmica en sus manos caminaba en busca de compradores. 

Si bien es verdad que el comercio ambulante está prohibido, sobre todo en el centro, pues el cúmulo de ofertantes que incluso están en el piso del pasillo de entrada y portales del Palacio de Gobierno, además de la banqueta en toda la calle Enriquez, pues la joven caminando no sintió alterar en más el orden urbano.




Pero no fue así. Inspectores del DIAC se le fueron encima, obvio sobre la caja de pambazos. La joven defendió como pudo su único medio de sustento. El alboroto se armó grande, porque la gente comenzó a defender a la comerciante a gritos 

 Llegó una patrulla para saber qué pasaba. Más gritos. Más patrullas. Se armó un griterío. Casi todos reclamaban dejaran a la joven marcharse en paz. Los del DIAC aferrados a la sencilla caja de unicel con 20 pambazos en el interior. 

Todo esto exactamente afuera de la puerta principal del Palacio Municipal en donde por cierto, arriba, Ricardo Ahued presidía una reunión. 





El alboroto llegó a los oídos de Ahued. Preguntó el origen. Un funcionario bajó y vio el griterío. El alcalde fue informado y ya con todo aquel caos, asumió, mejor dicho jamás, actitud salomónica. Ordenó que la joven subiera a saludarlo. Los del DIAC no le regresaban su caja. Ella subió, pero ellos seguían en posesión de los pambazos.




Ahued puso la mejor cara que se haya podido ensayar jamás. Su voz tranquilizadora al ordenar que le regresarán ipso facto su caja a la confundida joven. Una invitación para que durante la feria del pambazo ella cuente con un stand. Y el epílogo: sacó de su  cartera billetes para comprar todos los pambazos qué había en la caja.

Todo este show, qué para muchos causó hilaridad, en realidad muestra que al menos el área del DIAC en Xalapa, ya superó las condiciones de desorden, pues insistimos, cuando el patrón tiene que componer, incluso con dinero, los errores de los empleados, es que algo no está funcionando.

Y así quiere ser Gobernador...



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