CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA ENTRE ALCALDES DE OPOSICIÓN Y CUITLÁHUAC GARCÍA, POR MEDIDAS CONTRA EL COVID

Juan Osorio Flores

Viernes 27 de Marzo de 2020


La decisión unilateral de los alcaldes de Veracruz, Tamiahua y Gutiérrez Zamora, de implementar medidas de contención contra la probable propagación del virus SARS CoV-2 - Covid 19, más identificado como "coronavirus", ha generado la reacción del gobernador de Veracruz Cuitláhuac García Jiménez, quien no pudo ocultar su disgusto por la determinación de los alcaldes, pero al parecer tampoco tuvo o sintió la fuerza política necesaria para dictar las instrucciones que inhabilitaran las extremas medidas y solo se ha limitado a "advertir", por cierto no a los alcaldes, sino a la prensa, que "podría" ( o sea, no es seguro) "haber sanciones en un futuro".

Todo inició la semana pasada cuando la Presidenta Municipal del Ayuntamiento de Tamiahua, Citlali Medellín Careaga, quien llegó al cargo abanderando al Partido Verde, determinó "cerrar" fronteras en todo el municipio, con el objetivo de impedir el paso de algún agente portador del COVID 19.

La medida fue harto criticada y fustigada por el Gobierno del Estado, pero la alcaldesa se mantuvo y se mantiene en la posición.

Por su parte, el alcalde del Ayuntamiento de Gutiérrez Zamora, Wilman Monje, quien llegó al cargo abanderado por el Partido Movimiento Ciudadano, esta semana sorprendió a propios y extraños al instruir retenes permanentes en los accesos al municipio, que impidan que personas ajenas, viajeros que no pertenecen a la o las comunidades locales, ingresen.

Este alcalde fue un poco más allá, al instruir que los conductores que van de paso, principalmente cargueros y traileros, sean revisados por equipo médico, para comprobar que al menos en su paso por Gutiérrez Zamora, no van a contagiar a nadie.

Ya con estos dos casos, más el del alcalde de Veracruz Fernándo Yunes Márquez, que también escenifica un enfrentamiento ideológico con el secretario general de Gobierno Eric Cisneros por el mismo tema, en total serían tres puntos, todos de oposición, que abiertamente rebasaron al Gobernador de Veracruz.

Y ha sido hasta apenas la víspera que Cuitláhuac García Jiménez expuso su postura, lógicamente descalificando las extremas decisiones de los alcaldes rebeldes.

Hay que reconocer que Cuitláhuac García dijo este jueves en Palacio de Gobierno cosas ciertas y con fundamento: primero, que es violatorio impedir el libre tránsito de los mexicanos, por territorio mexicano, si no hay una instrucción federal, entiéndase un toque de queda, lo cual no se ha dado y al menos el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que no se dará.

Lo segundo importante y que incluso más que importante, podría calificarse como "vital", es la detención económica que las medidas de "cierre de fronteras" genera al interior de dichos municipios, y que es detectada por Cuitláhuac García, colocando el tema en su hoja de argumentos.

Y es que el Puerto de Veracruz, Tamiahua y Gutiérrez Zamora son municipios que buena parte de su economía local proviene de la prestación de servicios como la hotelería, la gastronomía, desde la muy básica hasta la de primer nivel, así como de un comercio redundante y dirigido a visitantes y paseantes ocasionales, además de una incontable gama de servicios.

Aunque, quizá como medida de respeto a la autonomía municipal que (aún) salvaguarda el artículo 115 Constitucional, el gobernador de Veracruz no dicta la contra-instrucción, pero advierte: "Podría haber sanciones", pues explica: "El único que tiene esa atribución ( de decretar el toque de queda y por ende de restringir y en su caso impedir el libre tránsito ) es el Presidente, pero ni siquiera él, por su propia decisión, tiene que ser votado en el Congreso".

Ya con esos aciertos en su discurso, Cuitláhuac García se reserva el derecho de calificar a los alcaldes rebeldes como "protagónicos", lo cual en cierto modo tiene mucho de verdad, pues es claro que las medidas asumidas en Veracruz Puerto, en Tamiahua y en Gutiérrez Zamora, han colocado en los medios estatales y nacionales a sus respectivos alcaldes, y eso, para ellos y para sus Partidos, es sin duda alguna oro molido, sobre todo en estos momentos previos a un proceso electoral más que determinante.

Pero Cuitláhuac García no ha sido el único al que se le rebelaron en Veracruz: Fernando Yunes Márquez, Presidente Municipal del Ayuntamiento de Veracruz, de extracción panista - e hijo del innombrable y enemigo público número 1 del actual Gobierno Estatal y Federal, Miguel Ángel Yunes Linares-  ha participado en un enfrentamiento epistolar con el secretario general de Gobierno Eric Cisneros Burgos.

Resulta que Fernándo Yunes declaró medidas al interior del municipio correspondientes a una Fase 2 de un estado de emergencia por epidemia. El problema es que cuando Yunes Márquez dictó la instrucción para la implementación de las restricciones propias del caso, en todo el país aún no se tomaban esas determinaciones.

Incluso, en ese periodo es cuando Andrés Manuel López Obrador se filma sentado en una mesa de un restaurante de Oaxaca, invitando a que "quien tenga posibilidades, salga con su familia a comer a los restaurantes".

Eric Cisneros Burgos incluso envía un oficio formal a Fernando Yunes "exhortándolo" a que desista de la aplicación de dichas medidas, a lo que el alcalde porteño simplemente le dice que no.

Las horas, entiéndase el tiempo, terminaron aplicando una vergonzosa derrota política a Eric Cisneros, pues apenas dos días después de su epístola, por cierto cargada de ironía y falsa cortesía, desde la Ciudad de México se dictaba la implementación de la fase 2, lo que de facto colocó al Ayuntamiento de Veracruz y a sus autoridades, como visionarios en materia de aplicación de medidas efectivas de prevención ante la emergencia.

Eric Cisneros tuvo que tragarse sus palabras y su Oficio, pues cualquier presunto acto de "rebeldía" de parte de Fernando Yunes quedó inhabilitado.

Ahora Hugo López Gatell, subsecretario de Salud, ha adelantado que la declaratoria de Fase 3 es inminente en el país. Eso significa que muchos alcaldes todavía podrían emprender acciones que rebasen nuevamente al Gobierno del Estado, colocándolo cada día en una posición secundaria y sin autoridad real.