¿DE DÓNDE SALEN LAS ARMAS QUE ESTUDIANTES HAN LLEVADO A LAS ESCUELAS?: DE SUS HOGARES


Juan Osorio Flores

Miércoles 15 de Enero de 2020

Uno de los temas más tristes que la sociedad enfrenta, lamentablemente cada vez con más recurrencia, es que niños y adolescentes de pronto aparezcan blandiendo armas de fuego en sus manos, casi siempre con resultados funestos.

Lo más impresionante es cuando en esas noticias nos enteramos que esos mismos niños terminan quitándose la vida, luego de haber dejado una estela de sangre y muerte.

Estas noticias, que de suyo estremecen, nos llegaban a los mexicanos vía la televisión, desde otros países, muy constantemente de Estados Unidos.

Sin embargo, el destino nos alcanzó y al menos en dos ocasiones, estos hechos han sacudido a México: uno de ellos acaecido el 17 de enero de 2017 cuando un alumno de nivel secundaria, a mitad de la clase, y aparentemente sin existir ningún suceso de por medio, sacó de entre sus cosas un arma de fuego con la que disparó casi a quemarropa a compañeros y a su maestra en un colegio privado de Nuevo León.



El otro caso, triste, dramático, traumático, que ha marcado la vida de muchas familias para siempre, ha acaecido apenas el pasado 10 de Enero, en otro colegio privado de Torreón Coahuila.

En esta ocasión, ha sido un menor de apenas 11 años, quien inexplicablemente introdujo a su mochila 2 armas de fuego, cargadas y listas para usarse, con las que asesinó a su maestra, y dejó al menos 6 heridos más.

El debate es sobre ¿es necesario recurrir al "operativo mochila" como medida de contención que pudiera evitar otra tragedia de esta naturaleza?.

La discusión sobre el tema, aunque de facto parece simple, en realidad no lo es, pues resulta que las autoridades educativas, en más de un caso, carecen no solo de sensibilidad, sino de la mínima experiencia en el tema, y lo que es peor, no cuentan en muchos casos con la capacidad humanitaria para manejar una virtual situación en la que el menor aparezca con un arma en su mochila.

Y sin embargo, el operativo mochila, sin duda alguna, sería un inhibidor natural que obligaría a un menor a pensar dos veces el cargar un arma en sus ropas o entre sus artículos escolares.

¿El operativo mochila, sería entonces la solución?. Lamentablemente no.



Y es que, el origen de las armas que los estudiantes han podido manejar en el interior de las escuelas, es, con contadas excepciones, el hogar de ellos mismos.

No se niega en que haya casos que el niño, adolescente o joven, haya podido conseguir por medios independientes un arma y su respectivo parque, pero tampoco se puede negar que en la mayoría de los casos, las armas las han tomado del interior de sus hogares.

Este hecho innegable, en primer lugar deja claro que la promoción de la violencia social, inicia en el interior de una casa.

¿Porqué en una casa y sobre todo, al alcance de un menor de edad, hay armas de fuego, cargadas además y listas para disparar?. Es un debate amplio que merece por sí mismo su propio análisis.

Pero el tema es el fundamento, contexto, origen, plataforma y argumento, que sustenta la imagen de un alumno de nivel básico portando un arma de fuego.

¿Es posible que estos acontecimientos tan trágicos, tengan también una influencia de la violencia inusitada que presentan algunos video-juegos?. Puede ser.



Pero a esta altura y ya con un contexto un poco más amplio al respecto, la pregunta va una vez más: ¿ayudaría en algo aplicar el operativo mochila en las escuelas?.

La respuesta  -quitando un montón de asegunes, dentro de los que destaca la actitud que muchos maestros, directivos, auxiliares, y quizá hasta conserjes, asumirían, ahora sintiéndose parte de la inquisición - podría ser un muy aventurado: "SÍ".

Porque bien que mal, un chamaco en turno, sabría que sería muy difícil pasar el arma al interior del plantel.

Pero también aparecería en el escenario "el otro chamaco", el audaz, el que a base de todo ingenio, asumiría como reto burlar todos y cada uno de los filtros que se pudieran disponer en su escuela, nada más con el fin de demostrar que él, es lo máximo de lo máximo.

En lo individual, una posible opción de solución es que en los hogares dejara de haber armas.

Pero hay que reconocer que este solo pensamiento, de sí, abre un nuevo debate, pues muchas familias que no confían en las estrategias de seguridad que implementan los tres órdenes de Gobierno, dicen que la única forma de al menos medio garantizar su integridad, es estando armados.

¿Verdad que el tema no es nada simple?.

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