A UN AÑO...AÚN NO SE CUMPLEN COMPROMISOS DE GOBIERNO



Juan Osorio Flores

01 de Enero de 2020

No cabe duda que Andrés Manuel López Obrador ya comprobó que del dicho al hecho, hay mucho trecho. Que enardecer a las masas con discursos populistas es una cosa y que llevar a la vía de la práctica, son cosas diferentes, pero además, harto difícil de hacer coincidir.

Dentro de los compromisos adquiridos por AMLO sobresalieron durante su campaña, el bajar el precio de los combustibles, hacer descender los índices de inseguridad y el más importante: acabar con la corrupción.

A un año completo de Gobierno (más un mes) ninguno de esos compromisos se han alcanzando, ni siquiera a establecer como base.

El tema de los combustibles, si es que de verdad AMLO es conocedor del movimiento financiero del mundo, no depende de las posiciones políticas de un país en sí, aunque éste sea productor de energéticos.

Teniendo esto en cuenta, es claro (en caso que lo haya entendido bien desde antes) que AMLO mintió abiertamente a un pueblo...desinformado, por decir lo menos y en la forma más agradable posible.

México, aunque productor de hidrocarburos, jamás tendrá la oportunidad de manejar y proponer los precios internacionales de crudo, por lo que siempre dependerá de lo que los mercados mundiales marquen como línea.

AMLO debió haberlo sabido, pero jamás lo dirá a un pueblo mexicano que por su parte, no lee, no investiga, no estudia, y en el mejor de los casos, "no le importan las noticias, porque son pura mentira".

Así se cierra un círculo perfecto: un mandatario que se aprovecha de la desinformación de sus oyentes y un pueblo oyente que se queda con lo primero que escucha, cuánto más si esas palabras provienen de un "iluminado".

Respecto a la inseguridad, los números reales han acabado con cualquier expectativa saludable en el ánimo social: el desarrollo del ya denominado "sicariato" es más que sensible en cualquier rincón del país.

En Veracruz por ejemplo, trascendió desde meses finales del 2019 la urgencia entre los círculos más internos del Gobierno, de tergiversar la información respecto a los homicidios y sobre todo feminicidios. Así muchos feminicidios comenzaron a manejarse como "muertes pasionales", lo que disminuye mediáticamente el impacto social, así la gente ya no maneja el término: "fue un feminicidio", sino el de "la mató" su marido, novio, pareja, etc, lo que en el psique general significa "un escalón más abajo" en el impacto de violencia.

La otra estrategia fue relacionar de inmediato a los ejecutados del día "con actividades probablemente irregulares"; a este fenómeno de manipulación de la información, al que prácticamente todos los grupos defensores de derechos humanos han repudiado por denigrar y desprestigiar a la víctima, casi siempre de manera instantánea por la autoridad, por la urgencia de tratar de borrar la presencia de la delincuencia organizada en las calles, olvidando que en un país de Derechos, aún los potenciales delincuentes no pueden ni deben morir asesinados en las calles.

Al final del día, la inseguridad y más concretamente el asesinato premeditado, ha marcado en el 2019 un precedente histórico que enlutó a decenas de miles de familias, sin que ninguna autoridad pudiera siquiera tener idea de qué hacer ante este fenómeno social tan impactante.

Por cierto, que este incremento de ejecuciones en el país ha ido de la mano naturalmente el altísimo número de armas, algunas consideradas "largas" o de "alto poder", en manos de cualquier persona, que a bordo, preferentemente de motocicletas, sin más aparecen y desaparecen en la nada, dejando detrás su estela de sangre y muerte.



Aquí cabe decir que a pesar del muy importante número de boletines oficiales sobre presumibles decomisos de armas en operativos policiales, la realidad es que el número de homicidios no baja.

Por último, y no menos importante, en el tema del manejo, ataque, contención y lucha frontal contra la corrupción, en cuya línea el resultado es más que catastrófico, siendo el principal elemento culpable, la inexperiencia del grueso de nóveles "servidores públicos" que llegaron a la "4T" sin tener la menor idea de qué era el sistema gubernamental.

Y cabe decir que esta ignorancia del desempeño público no tendría tanto problema, si los nuevos "servidores de la nación" no se hubieran enamorado casi de inmediato de los lujos que puede ofrecer el poder.

Así pues desde nuevos trajes, vehículos nuevos, comidas en restaurantes lujosos hasta estrepitosas fiestas en el acuario de Veracruz, han sido la constante.

No puede omitirse muy particularmente en el Estado de Veracruz el tan "de pronto" ejercicio de un sistema judicial que sin más abrió las puertas de la prisión, principalmente del penal de Pacho Viejo en Coatepec, a decenas de ex funcionarios, ex servidores públicos, principalmente que estuvieron en funciones con el malogrado Javier Duarte de Ochoa.

Lo curioso es que ese sistema judicial que los dejó libres, fue exactamente el mismo que los había declarado presos.

Algo que se le ha escapado a la "4T" en estas liberaciones, es que dichos procesados fueron perseguidos por el Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares precisamente por actos de corrupción. O sea, colocando el precedente preciso del intento de la "Cuarta": luchar contra los corruptos. Pero si estos resulta que en el menor de los casos, pues no fueron "tan" corruptos como para mantenerlos privados de su libertad, pues entonces la lucha de la 4T contra la corrupción, no tiene, ni sentido, ni tampoco delito que perseguir, porque si los presuntos corruptos no lo fueron, no hay a quien perseguir.

La realidad que ha ido develándose poco a poco, es que la 4T está saturada en sus intestinos de corruptos consumados, algunos con teatros de bodevil que simulan investigación, como la llevada a cabo a la persona y carrera política de Manuel Bartlett Díaz, oscuro político de imborrable dinastía priista nacional, quien ahora en la "Cuarta" fue designado director de la CFE y que inexplicablemente para todo el país, "resultó totalmente inocente".

Y casos de esos, son miles, desde municipios, estados y federación.

La 4T no ha cumplido. Es cierto. Apenas va un año. Esperemos. Además, a estas alturas, no se podría hacer otra cosa.

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