RAMOS ALOR: LA VERGUENZA QUE MÁS PESA AL GOBIERNO DE VERACRUZ


Xalapa, Ver.

Miércoles 4 de Diciembre de 2019

El Gobierno del Estado de Veracruz en la actual administración ha ofrecido una gama extensísima de material comunicacional para promover la burla, el sarcasmo, la crítica ácida, pero a pesar de los 'fakes' públicos de muchos integrantes del gabinete que han dejado en clarísima evidencia su inexperiencia y el desconocimiento absoluto de lo que intentan hacer, sin duda alguna el funcionario veracruzano que podrá preciarse siempre de haber roto el récord de estupidez, es el secretario de Salud Roberto Ramos Alor.

Uno de los primeros capítulos inolvidables de esta tira cómica cuyo protagonista es el citado funcionario, fue "ningún chile les embona", para proseguir con una variedad de actuaciones que arrancaron, en el mejor de los casos, la risa del respetable.

Y sin embargo en esta obra teatral que pasa del sarcasmo, la risa y el obligado meme, a la tragicomedia y luego a la tragedia absoluta, de pronto el público comienza a cansarse, pues ciertamente un chiste es aceptable, dos chistes podrían ser motivo de crítica, pero de 3 en adelante, se comienza a pedir justicia.

Para muy pocos ciudadanos veracruzanos se podrá considerar "un chiste" haber padecido dengue, y los casos más graves es donde murieron personas, presumiblemente víctimas del fatal contagio, el chiste se convirtió primero en lágrimas y luego en un rencor absoluto contra un sistema de Gobierno que por desconocer los patrones de contención nacionales aplicables desde al menos el primer bimestre del año, permitió que el problema creciera y se convirtiera en pandemia.



No puede olvidarse la terrible página en la que se recogieron las palabras del "médico" Roberto Ramos Alor, quien ante el reclamo de familiares con pacientes de cáncer, inexplicablemente olvidando toda ética médica, simplemente dijo: "dos o tres semanas que no tengan el medicamento, no les va a pasar nada".

Y la lista de 'fakes' en el comportamiento del señor, dudosamente médico de verdad, fueron en incremento, hasta que desde alguna parte del intrincado sistema de Gobierno, muy seguramente Federal, muy claramente se le ordenó no abrir más su boca y menos en presencia de la Prensa, que ávida levantó santo y seña de los deslices verbales del obeso hombre.

Y solamente con aquella instrucción, que aunque no existe evidencia documental o de otro tipo, pero que en el mundo entero no puede hallar otra explicación realista que lograra el silencio del secretario, es como se trató de sobrellevar al hombre al interior del gabinete, por lo menos hasta hoy.

Porque el caos fue absoluto: Roberto Ramos Alor, el hombre que representa la Ciencia al servicio de los enfermos en el Gobierno de Veracruz; el hombre cuya responsabilidad es contar con los más elementos de la medicina moderna que garantice la salud de los 8 millones de veracruzanos, el hombre que "nos curará" de nuestros males, tuvo la necesidad imperante de re-aparecer en público y ante su 'coco': La Prensa.

El fracaso no ha podido ser mayor y no se recuerda otro papelazo de algún despistado político que hiciera los desfiguros y desatinos de este señor, que como médico se duda que lo sea, y como servidor público, peor.



El hombre fue citado por Ley ante la Comisión de Salud del Congreso Local para la Glosa del I Informe de Gobierno y el primer paso antes de ingresar al Auditorio "Sebastián Lerdo de Tejada" del Palacio Legislativo, en una ceremonia "privada", Ramos Alor se sometió a "una limpia" que alejara todo mal espíritu.

Fatal error de los chamanes haber "atendido" a Roberto Ramos Alor, pues luego de la casi corretiza y evidenciada terrible y trágica que le aplicaron los diputados y de la más pura y prístina expresión de un hombre sin mayor capacidad que no sea poder ir al baño solo, estos brujos blancos han quedado en evidencia de que sus pases, limpias, hechizos y demás, no sirvieron para absolutamente nada.

Casi lástima se llegó a sentir en el oficial recinto al ver a un Roberto Ramos Alor sudoroso, tembloroso, tartamudeante, que fingía escribir, y que lo único que pudo hacer es asegurar que todo lo malo acaecido en Veracruz, en su rubro, que es el de la Salud, "es culpa de los de atrás", "de los que se fueron", de los "corruptos".

Para todas las demás preguntas, hay que reconocer que sí hubo respuesta: "señor diputado yo le envío la respuesta a lo que usted me cuestiona, en 48 horas".

O sea, Ramos Alor fue a "responder preguntas", solo que se le olvidó llevar las respuestas.

Roberto Ramos Alor, ya es, según la opinión social mayoritaria, "lo peor de lo peor" en lo que se refiere a funcionarios del Gobierno del Estado.

Pero realmente él no tiene de qué preocuparse: no se va a ir. No lo pueden quitar y destituir, porque eso sería reconocer que "el Gobierno se equivoca" y eso, eso no va a suceder.

La mentira habrá que soportarla hasta que se colapse por sí sola.

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