ALCALDE DE BANDERILLA ROMPIÓ Y TRAICIONÓ A TODO EL EQUIPO QUE LO LLEVÓ AL CARGO


Xalapa, Ver.

Viernes 06 de Diciembre de 2019

Juan Manuel Rivera González es el Presidente Municipal de Banderilla; su nivel de popularidad entre el pueblo que gobierna, es técnicamente inexistente y su actuación es nula, si acaso salvado por enormes esfuerzos de algunos funcionarios municipales que han luchado por generar resultados, que aunque mínimos, son los que en la práctica representan los avances que se pueden contar en los dos años que van de administración.

Juan Manuel Rivera no era nadie hasta los últimos meses de la administración municipal 2014-2017, en que por acuerdo de principales familias de Banderilla, se le propuso para que prosiguiera con un enorme trabajo que se venía emprendiendo en aquellos últimos 4 años en que se rompieron récords en expectativas al implementar acciones concretas en el arte, la cultura, el turismo, educación, salud, seguridad e inversión pública, entre otras.

Un ambiente de unificación social en que por primera vez en el entorno nacional, el Ayuntamiento pagó con dinero público las cuotas a las sociedades de padres de familias de inscripción en los planteles de educación básica.

Se implementó una corrida de autobús exclusivo para llevar con seguridad a estudiantes de nivel superior a Xalapa, y este servicio, en los últimos meses de aquella administración 2014-2017, se extendió también para regresar a los estudiantes por la noche.

Ante estas acciones y otras muchísimas, como el haber colocado a los eventos artísticos, principalmente la Feria de Banderilla, en entornos nacionales, tornándola de una simple festividad de pueblo, en una plaza anhelada por artistas de primera línea que reconocieron la organización, público y categoría del evento, y que esperaban ser invitados.

Con toda esa fuerza, el municipio de Banderilla vivió de 2014 a 2017 un ambiente de unificación y confianza absoluta en sus autoridades locales.



De ahí que se creyó que era momento adecuado para preparar nuevos rostros, que aunque con una nula presencia pública, con el respaldo y apoyo de las familias banderillenses, se les daría la oportunidad de comenzar a foguearse en los círculos de la administración pública, siempre con la guía, asesoramiento y consejo de quienes habían logrado llevar a Banderilla a los niveles en que se desarrollaba, convirtiendo en teoría, el proyecto en la necesidad de crear una nueva generación de políticos locales.

La propuesta de Juan Manuel Rivera fue analizada, consensuada entre los principales líderes políticos banderillenses y finalmente se pensó que aquél joven contador era una persona que reconocía y respetaba a quienes le estaban proponiendo para dirigir los destinos de un municipio, que a esas alturas, técnicamente estaba encarrerado y bien dirigido.

Por su parte Juan Manuel, se mantuvo aparentando que efectivamente reconocía a sus maestros en la nueva aventura que emprendía llamada política.

El resultado de las elecciones locales en junio de 2017 no fueron sorpresa para nadie. El puro hecho de ser propuesto y llevado de la mano por un equipo que llevaba 4 años de triunfos y proyectos concretados, convirtió a Juan Manuel Rivera en el Presidente Municipal para una continuidad de Gobierno, en donde incluso, ya contaba con proyectos bien definidos que solamente debían ponerse en práctica.

Pero Juan Manuel Rivera mostró el cobre desde el momento en que se sentó en la silla. Lo primero que hizo fue desconocer al equipo que había trabajado para llevarlo al cargo. Lo más grave, desconoció a las familias que le habían entregado su confianza. Incluso, desconoció a quienes con toda experiencia por haber trabajado arduamente los últimos 4 años en el municipio, se atrevían a comentarle cómo podían seguir manteniendo resultados de Gobierno óptimos.

Luego, el segundo paso de Juan Manuel Rivera fue comenzar a desmantelar el trabajo emprendido a fuerza de inversión y mucha concertación social. Rubros como el arte, la cultura y otros, resintieron de pronto no solo un abandono, sino agresión directa de parte de nuevos directores que por cierto, a dos años de administración, siguen sin conocer el trasfondo de lo que significa el servicio público.

Hoy, Juan Manuel Rivera González, ha tenido tan poco cuidado y ha tenido en tan poco la opinión de sus conciudadanos, que ha llegado a expresar a quienes de pronto se le acercan con el fin de tratar de hacerlo reaccionar: "PUES USTEDES TIENEN LA CULPA, PARA QUE VOTARON POR MI".

Por su parte, el nivel y la altura personal de quienes trabajaron arduamente hace más de 2 años para concretar aquél que en teoría sonaba como un proyecto de Gobierno de continuidad, simplemente se retiraron y rápido, debido a su experiencia y capacidad, retomaron y prosiguieron con sus programas de vida.

Y si alguien pensaba que Juan Manuel Rivera con esa ausencia de quienes hicieron de él lo que es hoy, recapacitaría y buscaría un reencuentro, una reconsideración de su actitud y sobre todo, una rectificación que resultara en el beneficio de Banderilla, pues se equivocó, pues por el contrario, el alcalde banderillense se rodeó de personal más incapaz aún y sin tacto, ni respeto, ni reconocimiento al pueblo.

Así pues Juan Manuel Rivera González ha logrado perpetrarse ya en la historia de Banderilla como la perfección en materia de alta traición, pues traicionó a sus amigos que confiaron en él como para atreverse a proponerlo para un cargo de elección popular.

Traicionó también a personas muy, pero muy respetables del pueblo, que le brindaron la confianza y le encargaron que hiciera las cosas bien, de tal manera que la carrera al desarrollo que había logrado Banderilla, prosiguiera con rumbo fijo.

Traicionó a todo un equipo de gente altamente comprometida que lo llevó de la mano a un proyecto, que si él hubiera intentado siquiera abordar por sí solo, hubiera sido simplemente aplastado.

Pero todo lo anterior, aunque suena grosero, al final, no es tan grave, como la altísima traición que este mal habido alcalde le aplicó a su pueblo, a los miles de banderillenses que sin conocerlo, pero solamente por pertenecer "al equipo", votaron por él.

Y ya para finalizar, la traición de Juan Manuel Rivera al Partido que aceptó postularlo.

Lo bueno es que el tiempo pasa, Juan Manuel ha iniciado la fase de su administración que marca el inicio del fin y dentro de 24 meses saldrá de Banderilla como llegó: siendo un don nadie.

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