NO FUE LA SOCIEDAD LA QUE DESPRECIÓ AL PRI; FUERON LOS PROPIOS PRIISTAS



El muy alto índice de abstencionismo registrado en la elección del pasado 5 de Junio (poco más del 50 por ciento del total del padrón electoral vigente) muestra que la sociedad civil, entiéndase aquella gente apolítica, aquella que no milita, que no simpatiza y mucho menos se siente comprometida con un Partido Político, mostró su rechazo, repudio y menosprecio a la política práctica, simplemente no asistiendo a votar.

¿Entonces cuál fue la sociedad que votó en contra del PRI, Partido históricamente mayoritario y presumiblemente dominante en los índices de preferencias electorales?. Pues la sociedad que sí militó, simpatizó y hasta trabajó electoralmente en otros tiempos para el PRI, pero que en esta ocasión no le brindó su voto al PRI.

Pongamos el ejemplo del municipio de Coatepec, en donde el PRI sufrió una de las derrotas más importantes de que se tenga memoria. De hecho, en números redondos, el PRI apenas obtuvo menos de 5 mil votos, de un voto duro fluctuante entre los 8 mil y los 9 mil, reconocidos en las elecciones municipales de 2013 y que sí fueron efectivos en aquella elección a favor de Roberto Pérez Moreno, quien al final rebasó los 7 mil votos a favor (recuérdese que en la elección municipal de 2013, el PRI fue en alianza con otros dos Partidos Políticos y por ello se completaron los 12 mil votos con los que obtuvo el triunfo).

¿Y entonces en dónde quedaron en esta ocasión los faltantes 3 mil a 4 votos exclusivamente priistas de Coatepec?. En el mercado negro.

Aquí aclaro: la culpa de no haber votado por el PRI, no es de los priistas base o identificados como "voto duro". La culpa la tuvo el propio PRI que durante años se allegó de votos comprados. Porque la compra del voto NO es "un mito" como lo clasificó una conocida política coatepecana. De hecho, la compra de votos es tan real, que precisamente por no haber contado, o bien con la voluntad de comprar, o bien con el capital financiero suficiente para la adquisición de votos, es que los otrora votantes priistas buscaron otras opciones, en donde sí les ofrecieron algo a cambio del sufragio.

La fórmula no es nada complicada. Tu me enseñas POR AÑOS que a cada asamblea, reunión, junta o convivencia política a donde yo vaya, me van a regalar algo. El día que no me regales nada, dejaré de ir. Así de simple. Tu me enseñaste POR AÑOS que en cada periodo electoral me repartirás a manos llenas camisetas, despensas, regalos, láminas, televisiones, cemento, y más, pero que además me garantizarás más beneficios a futuro, y yo sólo deberé votar por ti, pues voto por ti. Pero el día que no me ofrezcas nada de eso...perdón, pero no tendremos ningún trato.

No hay nada complicado en esta fórmula. La falta, insisto, bien de voluntad o bien de dinero en metálico contante y sonante, dio por resultado, al menos en Coatepec, que los priistas no votaran por el PRI.

Pregúntele a los líderes y representantes socio-políticos de las localidades, colonias y organizaciones, qué es lo que requerían para mantener "contenta" a su gente. "Pues los compañeros están esperando con qué les van a motivar. No nos han traído ni una despensa. Nada. Así cómo quieren el apoyo..". La frase repetida por cientos de ocasiones durante 31 días de campaña.

¿Y si hubiera habido dinero, entonces sí se garantizaría el triunfo?. La respuesta es no. Pocas cosas pueden garantizar un triunfo electoral. Pero una cosa sí es segura. Los votos del PRI hubieran sido muchos más, aún con todo y divisiones y variante de opciones, solamente por el denominado "voto duro" que más que "duro", quedó de manifiesto que al menos los últimos años fue "voto comprado".

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