BARRANCA GRANDE: POLVORÍN

1.- Barranca Grande, la trístemente célebre comunidad del municipio de Ixhuacán de los Reyes, asentado en la zona serrana limítrofe entre el Estado de Veracruz y el Estado de Puebla en la parte alta del Cofre de Perote, es un polvorín social, que bajo cualquier pretexto muestra pequeños estallidos que muestran que la bomba está ahí, pendiente, lista a explotar con toda su fuerza.

La zona, escenario de un gran desgajamiento en septiembre de 2008 que cobró la vida de una madre de familia y un menor de edad, fue declarada por autoridades estatales en aquél tiempo al mando de Fidel Herrera Beltrán "no apta para la habitación y vivienda", por lo que se instruyó su desalojo absoluto, reubicando meses después a más de cien familias en una comunidad vecina: Xixitla, en donde se instaló un campo de barracas de cartón y madera denominado "Barranca Nueva".

En el inter, los damnificados se quejaron de marginación, maltratos, engaños, falta de apoyos y más; fue hasta Abril de 2010, esto es un año siete meses después, que de forma espectacular se entregaron casas de una recámara, construidas con madera, con calles trazadas, pero sin pavimento, así mismo sin servicios como luz, agua, escuelas.

Mientras, comenzaron las flexibilidades; como la autoridad no tenía elementos para mantener tranquilos a los de por sí combativos habitantes, se brincaron la declaración estatal de "No apta para habitación y vivienda" y pretendiendo ser más inteligentes que la Ley, propusieron y aceptaron que la gente podía seguir en la zona, bajo el carácter de "bodegas agrícolas", lo que tranquilizó en parte a quienes ya consideraban que sus casas y parcelas se perderían para siempre.

Obviamente, más de una familia, aunque aceptó su casa en Xixitla o Barranca Nueva, regresó a los pocos días a Barranca Grande, en donde se llegó a suspender servicios como Luz, Agua y transporte, pero soportaron las carencias; después de todo estaban "en casa". Posteriormente en una violación más clara al dictamen oficial de "no apta para habitación y vivienda", el ayuntamiento 2008-2010 reinició la inversión municipal en la zona, haciendo pequeñas obras de infraestructura social, aquí, allá y en principio, reanudando la dotación de servicios básicos, lo que dio pie a que más familias regresaran a sus propiedades.

Hoy, son muchas las familias que oficialmente viven en Barranca Grande, mientras que el actual ayuntamiento 2011-2013 ha realizado inversiones, como recubrimientos a caminos, electrificación pública y otras disposiciones de dineros municipales. El detalle es que la comunidad sigue dictaminada como "no apta para habitación y vivienda" y aunque los vecinos están enterados de dicho dictamen, la autoridad municipal y estatal ha decidido, en nombre de "mantener la paz social", permitir la "flexibilidad" para que decenas de familias habiten en la zona proclive a otro desgajamiento de proporciones mortales.

La presión para que "la vida retorne a la normalidad" en Barranca Grande, cada día se extiende a más rubros; apenas esta semana, unas sesenta personas de esa comunidad se fueron a parar a las puertas del Palacio Municipal de ixhuacán de los Reyes a exigir "Maestros" para que los niños de la comunidad no se atrasen en sus clases. Se quejan de que CONAFE no aceptó enviar maestros a la zona. Y es clara la posición del CONAFE: Barranca Grande sigue declarada "No apta pata habitación y vivienda", lo que técnicamente la coloca como "deshabitada".

Y las autoridades locales buscan responder, en medidas alternas, la necesidad educativa exigida; el problema es que Barranca Grande sigue declarada como "no apta para habitación y vivienda". Incluso, se propusieron diversos gastos con dinero municipal, con el reconocimiento de parte del Síndico Único del Ayuntamiento Álvaro Soto Matla de que Barranca Grande está declarada "no apta para la habitación y vivienda", aceptando que "nos vamos a mantener así, como Bodegas Agrícolas, no vamos a ser tajantes con lo que se ha dictaminado por Protección Civil".

El conflicto la verdad es complejo, pero creo que el elemento principal es por una parte la desobediencia conciente de las autoridades municipales y habitantes en primer lugar a la declaratoria de "no apta para habitación y vivienda", y al mismo tiempo el "disimulo" que se advierte en las autoridades estatales, tanto de Protección Civil como de Desarrollo Urbano, quienes hacen como que no ven, como que no saben y tratando de ignorar en lo posible lo que suceda en la comunidad, con el fin de deslindarse en caso de cualquier otra incidencia como la ocurrida en septiembre de 2008.

Los vecinos por su parte, el 99 por ciento nacidos y crecidos en Barranca Grande, no creen que su pueblo vaya a quedar sepultado: "No nada más llueve en Barranca Grande. ¡LLueve en todo el Estado!". Por obviedad tampoco creen que haya algún riesgo latente en la zona, como lo dictaminó la Secretaría de Protección Civil del Estado.

¿Quieren buscar resolver el problema y acabar con la violación a la Ley?. Creo que se debería realizar un nuevo estudio integral de la zona y de medición del real nivel de riesgo. Pudiera ser que el estudio arroje que la gente puede vivir en Barranca Grande, quizá respetando algunos puntos específicos que pudieran ser peligrosos. Pero de eso, a declarar toda la zona inhabitable, hay mucha diferencia.

Aunque por el otro lado, si efectivamente el mismo estudio ratifica el nivel de riesgo original, sin dudarlo, se debe aplicar la Ley y NADIE deberá volver a Barranca Grande. 

Perdón: esto último lo dudo, porque si de niveles de riesgo se trata, ¿cómo se calificaría la roca de más 20 toneladas que se encuentra desprendida, en vilo, sobre la carretera Barranca de Matlacobatl-Teocelo?. o ¿Cómo se le podría hacer en los tramos de Cetlalpan a Los Arenales, en la carretera Cosautlán-Teocelo, en donde no falla en cada periodo de lluvias, al menos un gran deslave, derrumbe y bloqueo de carretera?, ¿En ambos casos se deberá declarar "intransitable" dicha carretera?.

Pero Barranca Grande apenas es una muestra de que las políticas públicas sociales que se aplican por los Gobiernos son de carácter populista, sin proyectos urbanos, sin proyectos sustentables y sin argumentos probatorios concisos de lo que se dictamina.

Por otra parte demuestra que los primeros que ponen la muestra de cómo NO SE DEBE RESPETAR LA LEY, son precisamente las propias autoridades de dar cumplimiento a las leyes, como lo protestaron públicamente el día que asumieron el cargo.

En pleno Siglo XXI, seguimos viviendo en el imperio de la disimulación.

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