PACIENTES

Por Juan Osorio Flores

Estar enfermo es triste; ser pobre y estar enfermo, es más triste; ser pobre, estar enfermo y ser tratado con dureza, es todavía más triste.

No se niega que el exceso de trabajo genera estrés; el cúmulo de gente alrededor exigiendo servicio genera molestia, cansancio, coraje, desesperación, sobre todo, cuando no hay más manos, más ojos, más bocas que ayuden a responder.

La mezcla de las condiciones anteriores se registra a diario en todos los hospitales de Xalapa (y muy posiblemente en todos los nosocomios de primer nivel que atienden a la población en general), pero hoy solamente me refiero al Centro de Cancerología en Xalapa, el Cecan.

En dicho nosocomio, la gente pobre se acomoda en las sillas en espera de atención, con antesalas de dos, tres y hasta cuatro horas de duración; cada determinado tiempo deben levantarse de su lugar cuando una mujer con rostro impasible y duro, los levanta "porque estoy trapiando".

No es ajeno el asistente que ha sido reconvenido cuando pregunta si ya es hora de ser atendido: "sí sabe que usted es paciente?. O sea, debe tener paciencia", es la respuesta.

La semana pasada se descompuso un aparato de "primer mundo" que sirve para aplicar Radio Terapias a los pacientes; por tanto se suspendió el tratamiento para alrededor de 200 enfermos. Hasta esta semana se reinició el tratamiento, porque además, se atravesó "el puente" que hizo que desde el miércoles, muchos pacientes no recibieran las radios, hasta el martes siguiente. ¿El tratamiento arrojará los mismos resultados?.

Pocos pacientes pueden dar cuenta real de su estado, de sus avances, porque si preguntan "nos regañan; se enojan si preguntamos".

Por lo demás, lo clásico de muchos nosocomios: una cita "urgente" se da para dentro de un mes; una cita que no es tan urgente, se otorgará para dentro de dos meses.

Y el enfermo debe esperar. No tiene de otra, porque además, un porcentaje muy alto de pacientes del Cecan, no tienen los recursos para atenderse en un hospital privado, lo cual simplemente es impensable para ellos.

Así que no hay de otra: esperar. De todos modos, cuando lleguen al cecan, les dirán que hay que esperar. Esperar. Esperar. Esperar una cita. Esperar al médico. Esperar sus estudios. Esperar la siguiente cita. Esperar una quimio. Esperar una Radio. Esperar que el aparato no se descomponga. Esperar que no muera yo, precisamente cuando ya me va a tocar mi cita. Esa sí sería una ironía. Por eso debo esperar.

POLICÍA AMIGO

Un proyecto de rescate de la imagen de la Policía Uniformada en el municipio de Teocelo arranca la mañana de hoy en esa cabecera municipal, con una reunión-taller-convivencia entre alumnos de diversos niveles de educación básica y los elementos del Cuerpo de Policía Municipal.

Un evento que proyectó desde hace años el actual director de Seguridad Pública Municipal Martín Pale y que recibió el aval y respaldo del presidente municipal Cristian Horacio Teczon Viccon para entrar en vigencia en esta administración.

Con esta participación de ambos círculos sociales, se busca precisamente sembrar en los alumnos una imagen diferente de la que los sectores más maduros aplican hoy a la policía en general; se trata, según el pensamiento del proyecto, de sembrar en los jóvenes, que la policía está para brindar seguridad, integridad y servicio a la comunidad, a su comunidad, pues después de todo, los policías son integrantes de la misma comunidad.

El evento se lleva a cabo a las 10 de la mañana en el salón social de Teocelo, a un costado de la Plaza de Artesanías y se espera la presencia de varias decenas de niños de diversos planteles de la cabecera municipal, quienes realizarán desde un dibujo alusivo, hasta participarán en pláticas un poco más profundas sobre el trabajo, responsabilidad y riesgos de la policía, que además están conectados por la actitud, actividad y desarrollo de la juventud principalmente.

Este proyecto a su vez está íntimamente conectado a otro que se lleva a cabo en Teocelo, que también tiene que ver con la escuelas y que se denomina "Escuela Segura" en donde expertos en diversos áreas del humanismo, brindan pláticas a los alumnos, sobre experiencias reales que llevan a las personas a la cárcel. El objeto de estas pláticas es prevenir el delito, mostrando las consecuencias.

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