La violencia se concentra en estados Gobernados por el PRI: Santiago Creel
México.-Sábado 4 de septiembre de 2010/ Los problemas más agudos en materia de seguridad se concentran en el norte del país, particularmente en cinco de los estados gobernados por el PRI, afirmó Santiago Creel Miranda, ex secretario de Gobernación y senador del PAN.
El también ex candidato a la Presidencia expresó ante estudiantes y egresados del ITAM que mucho se habla de que la estrategia anticrimen “está mal” y aunque se dijo dispuesto a discutirla —porque tiene sus propias ideas—, acotó: “no dejo de ver la realidad”:
“¿Dónde tenemos los problemas más agudos en materia de seguridad?, preguntó Creel, a lo que él mismo respondió: “los problemas se nos concentran en el norte, en cinco estados gobernados por el PRI”.
Creel recibió aplausos de los asistentes al segundo Seminario Perspectivas Políticas, con el tema “A 10 años de la alternancia”, cuando aludió a las entidades gobernadas por el tricolor en el norte del país, entre las que se encuentran Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango e incluso Sinaloa.
En contraste, nombró y puso como ejemplo a Baja California —entidad gobernada por el PAN a cargo de José Guadalupe Osuna—, y en especial hizo referencia a la ciudad de Tijuana.
El también ex presidente del Senado insistió en que desde hace tres años el índice delictivo en Tijuana bajó por lo “menos” 40 por ciento, al refrendar que se trata de lo que comúnmente se conoce como “una plaza caliente”.
Las declaraciones del panista fueron frente a los también ex candidatos a la Presidencia Cuauhtémoc Cárdenas y el senador del PRI Francisco Labastida Ochoa, a quien le dijo que su comentarios fueron “con todo respeto”.
Aunque se tienen los diagnósticos y las propuestas en diversos temas, insistió en que el sistema ya no funciona, por lo que es necesario una reforma política.
“El problema es el diseño del sistema político que impide la conformación de una mayoría que haga los cambios y responda a las expectativas de los mexicanos”, expuso, tras calificar de “soluciones deslavadas” reformas como la energética —aprobada en 2008— que no resuelven los problemas de fondo.
El legislador defendió los 10 años de gobiernos panistas, porque en su opinión existe en el país más transparencia, rendición de cuentas, defensa de los derechos humanos, y se terminaron los poderes metaconstitucionales que tenía el jefe del Ejecutivo del PRI.
Salió en defensa de la situación económica, aunque admitió: “Es cierto” que el crecimiento “es limitado”, la tasa de inflación de 2000 a 2009 registró sólo 4 por ciento; mientras que en el periodo 1988-2000 la tasa promedio fue de 18.4 por ciento.
Recordó que en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el mandatario decidió 17 gubernaturas, además de que el jefe del Ejecutivo en tiempos del tricolor tenía la ascendencia de los sindicatos, grupos empresariales y hasta de medios de comunicación.
Crítica y rechazo
Desde el inicio del sexenio, el PRI critica la estrategia contra la delincuencia organizada que impulsó el gobierno federal desde diciembre de 2006.
En 2009, el entonces líder del PAN, Germán Martínez, los acusó de obstaculizar la reforma de extinción de dominio, con el argumento de que protegía al narco.
Los coordinadores del PRI en el Senado y la Cámara de diputados, Manlio Fabio Beltrones, y Francisco Rojas, respectivamente, rechazaron la invitación de Calderón para participar en los Diálogos por la Seguridad.
El también ex candidato a la Presidencia expresó ante estudiantes y egresados del ITAM que mucho se habla de que la estrategia anticrimen “está mal” y aunque se dijo dispuesto a discutirla —porque tiene sus propias ideas—, acotó: “no dejo de ver la realidad”:
“¿Dónde tenemos los problemas más agudos en materia de seguridad?, preguntó Creel, a lo que él mismo respondió: “los problemas se nos concentran en el norte, en cinco estados gobernados por el PRI”.
Creel recibió aplausos de los asistentes al segundo Seminario Perspectivas Políticas, con el tema “A 10 años de la alternancia”, cuando aludió a las entidades gobernadas por el tricolor en el norte del país, entre las que se encuentran Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango e incluso Sinaloa.
En contraste, nombró y puso como ejemplo a Baja California —entidad gobernada por el PAN a cargo de José Guadalupe Osuna—, y en especial hizo referencia a la ciudad de Tijuana.
El también ex presidente del Senado insistió en que desde hace tres años el índice delictivo en Tijuana bajó por lo “menos” 40 por ciento, al refrendar que se trata de lo que comúnmente se conoce como “una plaza caliente”.
Las declaraciones del panista fueron frente a los también ex candidatos a la Presidencia Cuauhtémoc Cárdenas y el senador del PRI Francisco Labastida Ochoa, a quien le dijo que su comentarios fueron “con todo respeto”.
Aunque se tienen los diagnósticos y las propuestas en diversos temas, insistió en que el sistema ya no funciona, por lo que es necesario una reforma política.
“El problema es el diseño del sistema político que impide la conformación de una mayoría que haga los cambios y responda a las expectativas de los mexicanos”, expuso, tras calificar de “soluciones deslavadas” reformas como la energética —aprobada en 2008— que no resuelven los problemas de fondo.
El legislador defendió los 10 años de gobiernos panistas, porque en su opinión existe en el país más transparencia, rendición de cuentas, defensa de los derechos humanos, y se terminaron los poderes metaconstitucionales que tenía el jefe del Ejecutivo del PRI.
Salió en defensa de la situación económica, aunque admitió: “Es cierto” que el crecimiento “es limitado”, la tasa de inflación de 2000 a 2009 registró sólo 4 por ciento; mientras que en el periodo 1988-2000 la tasa promedio fue de 18.4 por ciento.
Recordó que en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el mandatario decidió 17 gubernaturas, además de que el jefe del Ejecutivo en tiempos del tricolor tenía la ascendencia de los sindicatos, grupos empresariales y hasta de medios de comunicación.
Crítica y rechazo
Desde el inicio del sexenio, el PRI critica la estrategia contra la delincuencia organizada que impulsó el gobierno federal desde diciembre de 2006.
En 2009, el entonces líder del PAN, Germán Martínez, los acusó de obstaculizar la reforma de extinción de dominio, con el argumento de que protegía al narco.
Los coordinadores del PRI en el Senado y la Cámara de diputados, Manlio Fabio Beltrones, y Francisco Rojas, respectivamente, rechazaron la invitación de Calderón para participar en los Diálogos por la Seguridad.
