REPRESIÓN

Por Juan Osorio Flores

Los procesos electorales, en algunos municipios, se tornan violentos. Y es que el ansia del Poder, despierta pasiones a veces incontrolables. Veracruz no está ajena a esta clase de situaciones, en donde la violencia se efectúa, no precisamente a través de golpes o agresiones físicas, pero sí laborales por ejemplo.
En este momento, en varios municipios del Distrito de Coatepec, las condiciones laborales de los trabajadores al servicio municipal se han regulado en torno a sus preferencias o disposición electoral que asuman; esto se ve más recrudecido en los empleados denominados "de confianza".
No es uno ni dos, lamentablemente, los casos de coerción y condicionamiento del empleo en contra de los trabajadores que no cuentan con una plaza.
¿ Qué es lo que se persigue o condiciona la permanencia de los empleados en sus cargos?. Que dediquen tiempo extra a trabajar a favor del proyecto del candidato oficial, sea del PRI o del PAN, dependiendo del alcalde en turno.
Dichos actos son flagrantes violaciones a los derechos laborales y electorales, amén de agredir directamente la libertad de expresión política que se expresa en la Constitución del país.
Así pues, cualquier empleado que es condicionado en su empleo a cambio de "no traicionar" al candidato de determinado partido, está viviendo la peor de las violaciones a sus derechos personales.
Y aunque ningún alcalde tiene permitido en su encargo y facultad el forzar a los empleados a votar por determinado candidato, las enormes lagunas en materia de disposiciones hacen que quienes realizan tales prácticas, queden siempre cubiertos por el manto de la impunidad.
Tenemos conocimiento en La Voz de la Región, de al menos 7 casos de despidos en varios ayuntamientos, que visiblemente se relacionan con represalias de carácter político.
La represión emprendida por alcaldes y funcionarios del Gobierno del Estado "porque tal o cual servidor público, se reunió, comió, cenó o se le vio, con un candidato o representante de la oposición", es la peor aberración en contra de la democracia y además, es la más brutal prueba del caciquismo local que aún pugna por prevalecer en los municipios.
Pero aún peor: algunos alcaldes con síndromes de persecusión, ya no despiden a los empleados por haberse relacionado con la oposición, sino que por el simple rumor o el clásico chisme, en un juicio sumario en donde el juez es el propio alcalde, quien dictamina que el acusado es culplable y merece ser despedido por "infiel", "desleal" y "traidor".
Cabe señalar que dichas acciones de despedir a empleados, se convierten en el mismo acto, en amenazas y advertencias psicológicas en contra de los demás.
Entonces pues, el proceso electoral se torna en terrorismo laboral, obviamente, igual de condenable.
Los resultados de todo lo anterior, generan la pobreza de la imagen de una democracia que apenas se esboza en México.
Con estos funcionarios represores, vengativos y sobre todo, violadores flagrantes de la ley, México, Veracruz o cualquier municipio, está en la orilla de la barranca. Lo que nos espera es un futuro incierto, ilícito, en donde predominará el abuso, el imperialismo y el facismo en su más cruda expresión.
Los veracruzanos no podemos permitir esto. El empleado tiene el derecho, aunque trabaje para un ayuntamiento de un color partidista, de preferir en un futuro, emitir su voto por otro Partido.
Eso se llama democracia y libertad de decisión.
Lo demás se llama abuso en su más alta expresión y la sociedad exige que tales hechos sean sancionados severamente.
Pero el despido injustificado y con tintes electoreros no es todo; también en Tesorerías Municipales se ataca la integridad de los trabajadores; hay casos documentados y sostenidos en donde un empleado equis, a quien se le presume integrante de una corriente política distinta, sin mayor explicación, se le descontó la mitad de su quincena, "porque no fuiste a la reunión de apoyo a nuestro candidato".
Los políticos y funcionarios que realicen actos tan deleznables, deben ser sancionados, sometidos al más alto juicio del Derecho, y deben ser puestos en evidencia, por practicar un imperalismo irracional.

Apéndice

Trabajadores del Instituto de Infraestructura Física de Escuelas del Estado de Veracruz (IFIDE), lo que anteriormente se llamaba Coeduca, se mantienen muy enojados, porque desde la quincena pasada no han recibido sus salarios. Lo peor, es que el miércoles de la semana que acaba de finalizar hablaron con un funcionario de la estructura administrativa, quien sin más, les dijo: "No hay dinero, y háganle como quieran".
No obstante, un día después otro funcionario negoció con ellos, sobre que el lunes de la próxima semana, ya tendrían sus depósitos respectivos.
"No podemps creer que tanto dinero que gastan en campañas, y no tengan el dinero para pagar nuestros salarios"; indican los inconformes.


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